Howard Gardner nació en Pensilvania, EE.UU, en 1943, es un psicólogo, investigador y profesor de la Universidad de Harvard. Su investigación se ha basado en la formulación de la "Teoría de las inteligencias múltiples", la cual le ha valido el Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales en 2011.
Gardner formuló su teoría hace unos 20 años, colocándose en posición contraria a la teoría dominante en esa época e incluso hasta nuestro días, basada en el "Cociente Intelectual". Esta teoría del Cociente Intelectual (CI o IQ) no es válida para Gardner, ya que el CI se presenta aquí como un sustrato idéntico en todos los individuos y se mide con test estandarizados que no respetan las singularidades de cada persona.
Para Gardner, la inteligencia natural no es un sustrato idéntico de todos los individuos, sino una base biopsicológica singular, formada por combinaciones de potencialidades múltiples que no siempre se despliegan como consecuencia de una educación estandarizada, que no distingue los matices diferenciales del individuo.
La teoría básica sobre las inteligencias múltiples puede resumirse en las siguientes palabras: Cada persona tiene por lo menos ocho inteligencias, habilidades cognoscitivas. Estas inteligencias trabajan juntas, aunque como entidades semiautónomas. Cada persona desarrolla unas más que otras. Diferentes culturas y segmentos de la sociedad ponen diferentes énfasis en ellas.
- Inteligencia Lingüística: En los niños y niñas se aprecia en su facilidad para escribir, leer, contar cuentos o hacer crucigramas.
- Inteligencia Lógico-matemática: Se aprecia en los menores por su interés en patrones de medida, categorías y relaciones. Facilidad para la resolución de problemas aritméticos, juegos de estrategia y experimentos.
- Inteligencia Corporal y Cinética: Facilidad para procesar el conocimiento a través de las sensaciones corporales. Deportistas, bailarines o manualidades como la costura, los trabajos en madera, etc.
- Inteligencia Visual y Espacial: Los niños y niñas piensan en imágenes y dibujos. Tienen facilidad para resolver rompecabezas, dedican el tiempo libre a dibujar, prefieren juegos constructivos, etc.
- Inteligencia Musical: Los menores se manifiestan frecuentemente con canciones y sonidos. Identifican con facilidad los sonidos.
- Inteligencia Interpersonal (Inteligencia Social): Se comunican bien y son líderes en sus grupos. Entienden bien los sentimientos de los demás y proyectan con facilidad las relaciones interpersonales.
- Inteligencia Intrapersonal: Relacionada con la capacidad de un sujeto de conocerse a sí mismo: sus reacciones, emociones y vida interior.
- Inteligencia naturalista o de facilidad de comunicación con la naturaleza: consiste en el entendimiento del entorno natural y la observación científica de la naturaleza como la biología, geología o astronomía
Tras observar la formulación de la teoría de Gardner nos damos cuenta de cuán importante es la educación personalizada, la necesidad de atender a las individualidades de cada alumno por separado y a su vez, las relaciones con el conjunto que le rodea.
Cada persona es distinta, tiene distintos intereses y distintas potencialidades. Se hace necesario analizar esas diferencias para centrarnos en sus intereses y necesidades, consiguiendo de este modo aportar el conocimiento que la persona demanda según su potencialidad.
Pongo como ejemplo mi caso en concreto. Creo que he sido una buena estudiante, y lo sigo siendo. Mis capacidades son buenas, tengo facilidad para comprender las cosas. Pero hay un faceta que debía haber explotado más, (aunque aún estoy a tiempo...), y es la inteligencia musical, creo que la tengo más desarrollada que las otras inteligencias que propone Gardner. Cuando tenía 12 o 13 años pedí que me regalarán un piano electrónico pequeño; en cuanto lo tuve comencé a hacer música, escuchaba una canción y la tocaba, ni yo misma sé como lo hago, comúnmente se dice: "tienes buen oído". También aprendí a tocar la guitarra casi yo sola; puedo escuchar una canción, sacar los acordes y tocarla. y me siguen diciendo: "tienes buen oído". Para mí es un don, una inteligencia más desarrollada que el resto.
En mi caso, si la teoría de Gardner hubiera estado más presente en la escuela en la que estudié, probablemente ahora sería música o profesora de música. Hubiera tenido más facilidad para estudiar esa materia y además disfrutaría aún más con mi profesión.
Es tan sencillo como averiguar para que sirve y que es lo que te gusta hacer y formarte en ese área.
Ahora bien, y aquí viene la parte negativa... Esa educación personalizada requiere mayor inversión económica, y no corren buenos tiempos para ello. Aquí entran en juego los padres, quienes deberían fijarse y averiguar que es lo mejor que se les da a sus hijos, y no empeñarse en que sean lo que ellos quieren que sea, que sigan la profesión de sus progenitores, o peor aún, que sean lo que ellos no pudieron ser; ese es el error más grande en mi opinión. Es necesario observar al niño, darle opciones para que elija y guiarlo, para que desarrolle aquello que mejor se le da.
Fuente: Redes - TVE